domingo, 9 de diciembre de 2007

La lista de los remedios

Me desperté con un piano encima. Me dolía la cabeza. Las piernas me pesaban varias toneladas cada una. No podía respirar a pesar del tamaño de mi miembro olfativo. Tenía un dolor generalizado. Y yo, que recordara, no había recibido ninguna paliza el día anterior en ninguna esquina mal iluminada. ¡Malaria! fue lo que me vino a la cabeza. Conseguí arrastrarme hasta el termómetro. Lo aplasté bajo mi lengua. Sudaba como una fuente y me sentía tan mal que sólo quería volver a dormir para dejar de sentir esa asfixia que me ahogaba. Saqué el termómetro, abrí un ojo como pude. Lo enfoqué en la rayita de mercurio. No llegaba a 37 grados. No tenía fiebre. ¿No tenía malaria? No supe lo que era. Abrí el cajón, saqué la lista. “Malestar general, catarro, dolor de cabeza – Analgilasa 1 cada 8 horas”. Dos días después sudaba con toda normalidad, el cuerpo no me dolía más de lo habitual y la nariz quedó despejada.

A Edna le picó un insecto en mitad de la espalda. No vimos cómo era. Pero ella pegó un grito. Era un picor diferente que le provocaba ardores, con una mezcla de calambre y agujas. La época de lluvias comenzaba, y con ella el aumento del tráfico aéreo de los insectos kamikazes. Con la linterna busqué la lista. “Picor intenso por picadura, reacción alérgica, etc, Polaramine 1 comprimido cada 8 horas…”. Ella, reacia en principio a meterse química me dijo al rato“…tenías razón. Me siento mejor”.

El hijo de Tomás, un amigo hindú, llamó a su padre. Tenía desde esa mañana diarrea con fiebre. Me miró con ojos de interrogación. Fui a por la lista. Tras consultar le di varios gelocatiles y le dije que acudiera a un médico. Quería que le diera también un fortasec. “No, eso si no tuviera fiebre. Eso dice en la lista, Tomás”. Al día siguiente bailaba de alegría. “Sólo le ha quedado un poco de dolor de barriga” me decía sonriendo, “eso que me dio le curó”.

Un día me comenzó a picar el sobaco izquierdo. Suena feo, ¿verdad? Pues peor era como picaba. Al día siguiente noté unos bultitos. Levanté el brazo, me acerqué al espejo pero no distinguí nada. Normal, la cosa iba por debajo. Lo de los bultitos era como las huellas de los topos en la tierra. A media noche me desperté sudoroso y con el sobaco ardiendo. Miré la lista “Picor en los pliegues – Fungarest pomada”. No me lo tuve que dar más que esa vez. Mano de santo.

Edna no usa lentillas para cambiarse el color de sus iris. Es miope, y sin ayuda no ve a lo lejos. Cuando una lentilla se pone rebelde o le entra una mota de polvo sus párpados sensibles se quejan. Un día amaneció con el ojo izquierdo hinchado. Mirada de esquimal en el trópico. La lista volvió a funcionar. “Conjuntivitis, ojos rojos, picor de ojos – 1 gota de oftalmowell cada 12 horas”. No hizo falta más.

Mi hermana, la doctora se hizo doctora entre embarazo y embarazo allá en Ecuador mientras conspiraba por un El Salvador libre. Pero eso es otra historia. Días antes de venir a Mozambique fuimos a una farmacia a por un kit básico de medicinas. Después me hizo la lista. Está en orden alfabético: …deshidratación, diarrea, dolor de … y junto a cada síntoma el remedio.

Pero la lista tiene un fallo. Ni en la “A” ni en la “N” vienen la “añoranza”, ni la “nostalgia” ¿Qué hago entonces cuando hecho tanto de menos a la doctora?

5 comentarios:

Maria dijo...

La lista de los remedios funcionara siempre magicamente. Lo que la doctora-bruja no se atrevio a revelar es que los remedios remedian dependiendo de la confianza del paciente en el hechizo (disfrazado en forma de medicinas)y del amor que se ponga en el ordenamiento de las palabras en el papel y de los potinges en la maleta del viajero al que una quiere con locura. Montones de abrazos a los dos.

AK47 dijo...

Estimado convaleciente. Lamento decirle que las medecinas que usted requiere para la nostalgia, la añoranza, la saudade, la morriña y demás extrañamientos a personas y seres queridos... Las tenemos aquí para suministrárnoslas los que también os extrañamos, añoramos, queremos etc, etc, etc.
Abrazos varios para los dos.

Ana dijo...

Una monja desubicada en Donosti, qujándose de que los chicos de aquí, de ahora, no tienen ilusión por aprender, entregan sus exámenes en blanco mientras esperan a cumplir los 16 para abandonar de una vez por todas el colegio, fardaba de quien le venía a visitar delante de las actuales alumnas en retiro espiritual. Ella es médico y ella maestra, fueron mis alumnas en Guayaquil. La doctora y la maestra recriminaban a su madre delante de la monja, y dices que has fracasado como madre y como cristiana teniendo un hijo en Mozambique. La monja se dice ella sola, tú coherente, no creyente, perdón, no practicante, ella sola, la monja pone cara de duda... Yo me río y pienso, practicante no ¡¡¡DOCTORA!!!

La Marxiana dijo...

Hola Karlos. La pequeña Laia me paso el link a tu blog y aqui estoy colgada leyendolo hace casi una hora.
Se te recuerda mucho en Amnistia tanto que hasta una recién llegada como yo esta x aca leyendote :)

Mozambiqueando va derecho a mis bloggeros favoritos. A ver si empezamos a compartir lectores :)

SalU2 desde Montevideo!

Maria

cris dijo...

Karlitos
hace un año delebrábamos tu cumpleaños y el de mi navarro en tierras de Torres García y Eduardo Galeano.
Hoy, unas cuantas decenas de amigos pendientes de tus letras.
Nosotros también os añoramos.
un beso y zorionak.